martes, 12 de octubre de 2010

EL MAR CASERO


  

 Aquí estoy en casa, viendo como cae la lluvia, que siempre queda muy bucólico. Ayer fue un día extraño, pasado por agua también, pero en forma de clase de aquaerobic, con una novedad  y es que un chico se ha atrevido a probar nuestras clases, no le doy más de un mes dando saltitos al ritmo de la música. El caso es que cuando iba para la piscina, casi me atropellan, faltó un pelo para que no pudiera acudir a mi cita. Con el susto en el cuerpo y las piernas temblando llegué al vestuario, me cambié y en una vez en el líquido elemento, mi cuerpo se tranquilizó por completo.

   Hoy, me he estado peleando con la lavadora, la muy ingrata, ha decidido estropearse en la fecha límite de la garantía, ha decidido probar mi paciencia, con una pieza de la puerta, ¿cómo se puede arrancar de cuajo, el mecanismo de apertura? pues sí, ya os digo que se puede arrancar y añado: ¿cómo un mecanismo aparentemente fácil es como el cubo de kubrik?. Después de conseguir unir la pieza y montarla, hay algo que falla y no se cierra la muy puñetera. Mañana seguiré metiéndole mano. Y después de esta historia, os contaré otra, como no relacionada con el agua.

EL MAR CASERO

Todo está en calma, es de noche. El rumor del agua apenas se hace audible. En el horizonte de la ventana crece el día y se produce el mar casero. Como en la desembocadura de un río, el agua dulce de manera lenta, tranquila, constante entra en el contacto con el mar, allí la reciben sus habitantes, girando, dando vueltas, arriba, abajo, derecha, izquierda, más vueltas.
De repente la masa de agua queda en calma ¿qué ocurre?. Sus habitantes perplejos apenas se mueven, el líquido que los contiene no tiene actividad. Algo cambia, una gran sacudida los agita bruscamente, ¿es un maremoto?. No, es diferente, de nuevo una entrada de agua los invade con fuerza, provocando otra vez una sacudida en sus cuerpos, estableciéndose una lucha por mantener el equilibrio y sin embargo, siguen dando vueltas, más vueltas, remolinos, giros centrípetos….
Silencio. Un clic metálico indica el final, la lavadora ha terminado su programa

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