jueves, 23 de noviembre de 2017

RUMBERO





“La idea no es vivir para siempre, la idea es crear algo que si lo haga” – ANDY WARHOL

El sonido del móvil acabó con sus sueños. De su mesilla hacía tiempo que había desaparecido el despertador. Se levantó como un autómata: comprobó sus mensajes, sus emails, sus redes sociales antes de poner un píe en el suelo, estaba cansado de hacerlo día tras día, no le gustaba pero continuaba con la rutina.

Esa mañana en el trabajo alguien comentó en la pausa del café: “no somos más que muertos vivientes en internet”. Ramón se quedó pensando el resto del día en la frase.

 Fue de madrugada cuando se despertó sobresaltado con una idea: convertirse en el muerto viviente más rumbero, y ¿donde acudió? Pues a internet. Tecleó “cómo ser rumbero” y apareció la canción de Rubén Blades, leyó con interés la letra: “para ser rumbero, tú tienes que haber llorado, tú tienes que haber vivido, tú tienes que haber soñado, y haber reído, tienes que sentir por dentro, emociones dulces que agiten tu sentimiento, tienes que amar a la gente, y tener el alma tan clara cual sol de oriente, tú tienes que ser sincero…” Sonrió satisfecho, cumplía todos los requisitos menos el último.

Decidió que empezaría de un modo gradual: primero rehízo su curriculum en Linkedin rectificando su nivel de inglés y quitando que hablaba alemán. Luego revisó su perfil de Badoo, sustituyendo lo de “soy sensible y me gustan las películas  románticas” por “Amo a Jason Statham y sus películas”. Desechó la foto de cuando pesaba veinte kilos menos en su perfil de whastapp y la actualizó.

Después de ese ataque de sinceridad, tuvo otros, cómo cuando se encontró a la vecina del quinto y le dijo que su hija era fea como pie o en sus conversaciones de whastapp siendo honesto y abusando de emojis malsonantes lo que provocó airados comentarios entre los integrantes de los grupos a los que pertenecía..pero esa es otra historia.

Y por último en el Spotify, donde reclamó un lugar destacado para Rubén Blades por enseñarle a usar el camino de la verdad. 


El sonido del móvil acabó con sus sueños.

jueves, 16 de noviembre de 2017

RUMBA





   Todos los días muero un poco y no es merito mío, sólo se trata de una condición indispensable para cumplir la definición de "ser vivo". Y eso me iguala al resto.

   Lo que me diferencia y cada vez menos, es que me he convertido en un zombi. Ha ocurrido cómo suele verse en las películas de género, poco a poco, sin avisar, hasta convertirnos en legión. Empieza con una petición de firma en la calle contra los recortes y ¡Claro! lo haces. Luego sigue con una suscripción a una revista de tu interés, más tarde, con una radiografía de tu vida laboral en una red social para conseguir trabajo y poco después le das al placer de comprobar cuánto eres de atractiv@ en otra red... Y lo más novedoso, las apps del móvil, una puerta por la que mostrar tus más íntimos dígitos.

   Y cuando quieres darte cuenta ¡ZAS! tus datos personales se han convertido en tu zombi, que sin voluntad propia habita redes sociales, alimenta estadísticas de empresas que cotizan en bolsa, foros de opinión en países lejanos y mediante el rito de la robotización informática, me convierten en un muerto viviente.

   Y yo sólo sueño con ser rumbera y que me canten: no estaba muerta, no,no, no esta muerta, no,no, estaba de parranda...
© Historias de Eva, S.L.
Maira Gall